Ganamos mucho dinero": La confesión de Trump que desnuda la injerencia y el rédito de EE. UU. en la grieta argentina

El expresidente estadounidense Donald Trump elogió efusivamente la victoria de Javier Milei y su partido La Libertad Avanza en las elecciones legislativas argentinas, un triunfo que calificó de "grandioso" e "inesperado". Desde el avión presidencial, junto al secretario del Tesoro Scott Bessent, Trump felicitó al vencedor y afirmó que su fuerte respaldo, junto al trabajo de sus funcionarios clave en la relación bilateral (Bessent, Greer, Rubio), había sido fundamental para el amplio margen de la victoria. Este pronunciamiento subraya el alineamiento ideológico y político entre la administración pasada de EE.UU. y la actual gestión argentina, un factor de peso en la política exterior de ambos países.

Trump también hizo hincapié en que Estados Unidos ha "ganado mucho dinero" gracias al resultado electoral argentino. Explicó que la subida de los bonos y la mejora en la calificación de la deuda argentina tras el triunfo de Milei se tradujeron en una ganancia para EE.UU., aunque matizó que su apoyo no es "por dinero, per se". Este comentario resalta la vinculación directa entre la estabilidad política percibida en Argentina y los beneficios financieros para inversores y el propio Tesoro estadounidense, en un contexto de alta volatilidad de la deuda pública argentina.

Respecto a las preocupaciones del sector ganadero estadounidense sobre la cuota de importación de carne argentina, un tema sensible en la política comercial, Trump confirmó que se mantendría el plan de ingreso de carne. Su argumento fue que la importación ayudaría a bajar el precio de la carne de res en EE.UU., que se encontraba alto, sin dañar a los ganaderos nacionales, a quienes prometió "cuidar". Esta decisión evidencia una gestión de equilibrios entre la diplomacia económica con Argentina y la atención a los intereses internos de un sector productivo clave.

La asistencia financiera de EE.UU. a Argentina, a través de swaps y el aumento de la cuota de carne, generó controversia interna en el Congreso estadounidense, preocupado por el uso de los fondos de los contribuyentes. Ante la pregunta sobre la necesidad de más ayuda para la situación fiscal argentina, Trump defendió la asistencia argumentando las ganancias que la elección había generado para EE.UU. en los mercados de bonos, desestimando las críticas sobre un posible perjuicio fiscal.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, intervino para reforzar la postura, destacando la confianza en la capacidad del presidente Milei para "expandir su coalición", mantener el "control fiscal" y superar "100 años de malas políticas" gracias al apoyo estadounidense. Bessent enfatizó que la asistencia de Trump había actuado como un "puente" y que los resultados electorales habían superado las expectativas, incluso a pesar de encuestas erróneas, señalando la solidez percibida del nuevo gobierno en los mercados.

El texto también menciona que, en Argentina, se comentó que la elección "no fue justa" porque el kirchnerismo se estaba postulando "contra Donald Trump", reflejando cómo la influencia y el respaldo del exmandatario estadounidense se convirtieron en un factor explícito de debate en la política interna argentina, más allá de la mera relación bilateral. Este tipo de declaraciones subrayan la polarización y la dimensión internacional que adquieren los procesos electorales en el país.

Finalmente, el apoyo a la nueva gestión argentina fue ratificado por el Departamento de Estado de EE.UU., bajo la dirección de Marco Rubio, quien en redes sociales manifestó el respaldo a los esfuerzos de Argentina por "estabilizar su economía" y a la "ambiciosa agenda" de Milei. El compromiso es seguir trabajando para fomentar el "consenso" e implementar "reformas sostenibles", consolidando la alianza y el apoyo de Estados Unidos a la senda de "estabilidad económica y prosperidad a largo plazo" que busca el gobierno argentino.