Innovación científica en salud reproductiva
La inteligencia artificial comienza a transformar la reproducción asistida con diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados
Especialistas aseguran que la IA permite identificar embriones con mayor potencial de implantación, optimizar la respuesta a los tratamientos hormonales y reducir los ciclos fallidos. Aun así, las decisiones finales seguirán en manos de profesionales y existen dilemas éticos sin resolver.
8 de Diciembre de 2025
La inteligencia artificial se está consolidando como una herramienta disruptiva en el campo de la reproducción asistida, aportando nuevas capacidades para analizar embriones y tomar decisiones clínicas con mayor precisión. Según especialistas europeos, estos avances podrían mejorar las tasas de embarazo, reducir el desgaste emocional de las parejas y acortar los tiempos de espera en los tratamientos de fertilidad.
Centros como el Hospital Americano de París ya utilizan sistemas de filmación continua del desarrollo embrionario. Mediante embryoscopes y módulos de IA, se analizan datos antes inalcanzables sobre el embrión: morfología, ritmo de división celular y simetría, entre otros indicadores. Con esta información, los algoritmos predicen el potencial de implantación y la viabilidad genética, con el objetivo de reducir intentos fallidos y prevenir abortos espontáneos.
La médica Frida Entezami explica que estas herramientas pueden disminuir a la mitad el número de ciclos necesarios para lograr un embarazo y ofrecer probabilidades cercanas al 70 por ciento de seleccionar embriones libres de anomalías genéticas. Esto representa un salto respecto de la situación actual, en la que cerca del 50 por ciento de los embriones preimplantatorios presentan alteraciones cromosómicas.
Además de la selección embrionaria, la IA se está aplicando para ajustar dosis hormonales, mejorar estimulaciones ováricas, y detectar espermatozoides en muestras con baja concentración, aportando respuestas personalizadas según cada paciente.
Sin embargo, estos avances plantean debates bioéticos relevantes. ¿Qué hacer con embriones que muestran alta capacidad de implantación pero presentan una anomalía genética según el algoritmo? ¿Hasta dónde puede influir la automatización en decisiones tan sensibles?
Expertos recuerdan que la IA no reemplaza el criterio humano, sino que complementa análisis en procesos complejos, prolongados y emocionalmente desgastantes. Si bien el entusiasmo es alto, desde el sector advierten que aún se necesitan mejores marcadores biológicos para maximizar los beneficios y evitar errores.
La llegada de la inteligencia artificial al laboratorio reproductivo aparece así como una oportunidad, pero también como un desafío: más precisión y eficiencia, con responsabilidad y límites claros.
